El Control de la Rabia

El control de la rabia, la irritación, el enfado

El enfado es una emoción «negativa», que como todas, en su justa medida, podría ser una señal de alerta que nos condujera a pararnos, identificar qué lo está provocando, y buscar la solución más acertada.

El manejo no consiste en ignorar la emoción y anularla, pero tampoco en dejarla crecer de modo desproporcionado. Sostener el equilibrio produce bienestar, reconocer la emoción, sin que ocupe nuestra mente desplazando las emociones positivas.

Para aprender a calmarse es importante el tiempo que permanezcamos conectados con la emoción de irritación, hemos de aprender a pararnos, identificar que pensamientos están alimentando la irritación, tratar de comprender ¿qué me sucede?

El tipo de pensamientos, el lenguaje y la intensidad que vaya usando la persona al pensarlos, diferencia el curso que tomará la emoción y su manejo.

Es diferente pensar «Creo que lo que me está irritando es que pienso que me ha molestado que no haya llamado, tal vez le haya sucedido algo y no haya podido, voy a preguntarle» que «Me irrita que no me ha tenido en cuenta, (irritación), es intolerable su forma de trato hacia mi (más irritación), estoy harto de sus desprecios y humillaciones (más irritación), se va a enterar» La cadena cuanto más larga y más agresiva conduce a mayor intensidad de la irritación, a menor control de la emoción, del pensamiento y de la respuesta.

Es pues importante enfriar y parar la cadena. No es verdad que «dar rienda suelta a nuestra irritación» con la excusa de «tengo derecho a decirlo» haga sentir mejor a la persona, es más, si se dice en «caliente» es fácil que conduzca a la rabia, la ira y el conflicto interpersonal, y no a la solución y el bienestar.

Es preferible parar, enfriar, pensar, buscar lo que produce la irritación, elegir un momento adecuado para comunicar al otro el malestar, de un modo claro, y asertivo; escuchar al otro con apertura, y aportar soluciones ambas partes, negociando una salida que propicie el encuentro y la resolución del origen de la irritación.

Juntos podemos tratar esta emoción y comprender qué mensaje contiene, comprender qué te está sucediendo. Trabajaremos en mi consulta para aprender una buena gestión de estas emociones, el control de la rabia se puede gestionar.